lunes, 4 de junio de 2007

JOSE MARIA AZNAR

JOSE MARIA AZNAR

El retrato de José María Aznar está colgado en mi Pinacoteca Mental de Hombres Ilustres en la "Galería de los Políticos" junto a otros muchos hombres de Izquierda, Centro, Derecha e Independientes justo en el centro ideológico.

En el Debate del estado de la Nación no hubo momento más patético que cuando de pie desde su escaño reconoció: "no fue un año, sino dos. PEOR."

Para los que a muchos fueron los momentos más bajos de Aznar, -"no da la talla", "no tiene reflejos",- para mí fueron su máxima gloria: la del reconocimiento de la verdad por encima de sus intereses personales o partidista, porque no fueron unas manifestaciones ingenuas sino el desbordamiento de una conciencia de bien.

No deseo políticos "con tablas", "ingeniosos", "de rapidez mental", ocurrentes, pero escurridizos, mentirosos, dobles, engañadores, camaleónicos, por muy brillantes o populares, más bien populacheros, que aparezcan.

Lo que necesita mi País, España, son hombres honrados, honestos, veraces, eficaces dentro del Estado de Derecho, buenos gestores, sabiendo anteponer el bien general y el de los más necesitados a los suyos propios o de sus partidos, regiones o nacionalidades.

Si además tienen carisma popular, mejor. Pero no es ni necesario ni prioritario.

José María Aznar encaja perfectamente en la necesidad nacional de la Presidencia de Gobierno.

Hoy creo que en el frontispicio de su alma están grabadas como lema el de las escalinatas de su Colegio: "la Verdad os hará libre".

Artículo completo sin modificar para adaptarlo a la medida de Carta:

Estas líneas fueron escritas como dos meses antes del atentado. Por ese inercia de lo que no apremia, aquí se quedaron.

El retrato de José María Aznar está colgado en mi Pinacoteca Mental de Hombres Ilustres en la "Galería de los Políticos" junto al de Fraga, Ruiz Gallardón, Trillo, Rato, Ruiz Navarro, a otros muchos hombres de Izquierda, Centro, Derecha e Independientes justo en el centro ideológico.

En el Debate del Estado de la Nación no hubo momento más patético que, cuando de pie desde su escaño, reconoció: "no fue un año, sino dos. PEOR."

Los que para muchos fueron los momentos más bajos de Aznar, - "no da la talla", "no tiene reflejos",- para mí fueron su máxima gloria: la del reconocimiento de la verdad por encima de sus intereses personales o partidista, porque no fueron unas manifestaciones que ingenuamente se escapan sino el desbordamiento de una conciencia veraz, que no admite tapujos.

No deseo políticos "con tablas", "ingeniosos", "de rapidez mental", ocurrentes, pero escurridizos, mentirosos, dobles, engañadores, camaleónicos, por muy brillantes o populares, más bien populacheros, que aparezcan.

Lo que necesita mi País, España, incluyendo Cataluña y Vascongadas, o Catalonia y Euskekarreita que en verdadero bilingüismo igual da cuando las dos palabras son amadas, son hombre honrados, honestos, veraces, eficaces dentro del Estado de Derecho, buenos gestores sabiendo anteponer el bien general y el de los más

Si además tienen carisma popular, mejor. Pero no es ni necesario ni prioritario. Incluso, en grandes dosis, podría ser engañoso.

La gobernabilidad con la honradez en danza convierte a la eficacia económica en trapisondeo de almoneda: debería reflexionar el Honorable Pujol (con sonido "j" en castellano) y Durán Lleida que como democristiano no sé que hace en ese contubernio.

Un Estado es democrático cuando el partido de la oposición puede suceder con naturalidad al partido del Gobierno.

Es totalitario cuando el partido del Gobierno, por muy democráticamente que fuera elegido, intenta por todos los medios, seudolícitos e ilícitos, sucederse a sí mismo, y totalitarísimo si fuera por seguir tapando su propia corrupción.

José María Aznar encaja perfectamente, aunque sólo fuera por su hombría de bien, en la necesidad nacional de un Presidente honesto, y su equipo en un honrado y eficaz Gobierno.

Hoy creo que en el frontispicio de su alma están grabadas como en la piedra de las escalinatas de su Colegio las bellísimas palabras de San Juan: "la Verdad os hará libre".

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Hoy después de un atentado absurdo, muchos españoles y no pocos periodistas que le negaban "el pan y la sal" del político, reconocen "el carisma" de la serenidad, el aplomo, la valentía y la ecuanimidad al hombre "al que no se le alteró el pulso".

Sin negarlo, su gran activo siguen siendo la honestidad y la honradez y el haber creado, con la sencillez del que se sabe "no imprescindible", un gran equipo humano, honrado y honesto, lúcido y eficaz, que, en la lealtad de hoy, son mañana sus valores de recambio. Rechace "aznarismos" y "aznarmanías", despójese, antes incluso que nos enteremos por la Prensa, de todo conato de corruptela o tráfico de influencia, porque nuestro País, por algunos llamados España, no necesita líderes-dioses ni carismáticos, ni "mesías" salvadores de ninguna patria, sino gobernantes trabajadores, honrados, ilusionados, eficaces y transparentes.

Así tendremos josemaría para ocho años, e ilusión para llegar a una nación más justa, más solidaria y más prospera.

necesitados a los suyos propios o de sus partidos, regiones o nacionalidades.

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